En
lo que va del 2018 he sido castigado tres veces en Facebook por el mismo motivo:
publicar fotos con “desnudos” o en “actitudes sexuales”. Cuando menos ese es el
argumento que recibo por parte de la red social una vez que sus sistemas de
seguridad detectan mi actividad transgresora. Entonces, Facebook de manera
unilateral, procede a bloquear mi cuenta y me pide que elimine todo el
contenido que considere inapropiado pero, ¿cómo voy a eliminar algo que no considero
inapropiado?
En
las tres ocasiones los bloqueos han sido por subir imágenes de mujeres
desnudas. Fotografías donde se asoma tímidamente un pezón o donde se muestra la
ausencia de ropa. Curiosamente las fotos fueron tomadas de varios perfiles de
la misma red social y curiosamente en ellos sus sistemas de seguridad, no
detectaron la actividad sexual que tanto los atemoriza.
Es
importante mencionar también, que en las tres ocasiones, después del bloqueo y luego
de avisarme que la fotografía en cuestión ya había sido eliminada, recibí una
notificación donde se me pide enviar un mensaje si es que considero que se
trata de un error y merezco su piedad. Las tres veces he escrito el mismo
mensaje: “la fotografía por la que fui
censurado fue tomada de otro perfil de Facebook. Considero más ofensivo que se
permita la publicación de fotografías que muestren a personas armadas, de
maltrato animal, de propaganda religiosa o peor aún, donde se promueva el juego
político de algún candidato a un puesto de elección popular. Esto último sí
debería estar censurado.” Cada quien tendrá sus argumentos pero si algo
detesto ahora de las redes sociales es la invasión de los políticos y el uso electorero
que hacen en ellas. Cabe resaltar que no he recibido respuesta a mis mensajes y
a cambio el bloqueo lleva tres días. Esta vez, además de no poder publicar
tampoco puedo dar likes, reaccionar e incluso, enviar mensajes. Simplemente he
sido borrado.
Es
curioso: el día que sucedió el último bloqueo recién había terminado de leer el
artículo de opinión de Joselo Rangel para el Excélsior. El texto se titula
Pezones y expresa esa pesada política anti pezones femeninos dentro del mundo
de la música, en los videos o en los shows en vivo. Pero, ¿por qué sigue siendo
natural mostrar a un hombre con el torso desnudo y no el de una mujer? ¿Qué
temor les produce a los creadores de Facebook o Instagram los pezones de las
mujeres? Misterios insondables del señor.
Hace
años que la música me llevo a ver con naturalidad cuando una mujer se despoja
de la playera o la blusa y del brasier. Recuerdo mucho un concierto de
Aerosmith, el 25 de enero de 1994: mientras Steven Tyler arengaba a la
muchedumbre al ritmo de Love in elevator, la chica que se encontraba frente a mí
se quitó el brasier y lo lazó al escenario. Toda la canción permaneció con los
pechos al aire sin que eso generara caos entre el público, al contrario, aquella
acción fue tan bien recibida que durante todo el concierto la escena se repitió
constantemente. Ahora lo veo como algo propio del ritual del rock. No importa
si ocurre en un antro pequeño frente a José Fors o si es en un festival de
heavy metal donde las chicas suelen expresar algo de su rudeza de esta manera
entre miles de cavernícolas que caen rendidos ante ellas. Pero también ocurre
en el escenario con cantantes como Jessy Bulbo, Taylor Momsen (que en realidad
ella es quien desnuda a sus fans) o Courtney Love, o Madonna y Lady Gaga, o
Texxcoco, banda a la que hace referencia Joselo en su columna del 9 de febrero.
El
caso es que estaré varios días bloqueado y seguramente eso provocará cierta
extrañeza (y probablemente furia) entre mis allegados. Lo mejor, es que el
bloqueo seguirá el 14 de febrero lo cual me ofrece la posibilidad de tener un
pretexto para no responder a los mensajes que indudablemente llegarán a través
del inbox. Gracias Facebook, me hiciste un favor.
Pero
lo anterior ocurre en el mundillo musical. En mi ambiente los pezones femeninos
pueden llegar fortuitamente a través de un Whatsapp, a manera de saludo, o como
parte de un simple meme. Nada que genere escándalos o que me haga acreedor a la
ley del hielo. Bendita tecnología al alcance de la libertad (y la
irresponsabilidad).
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